martes, 14 de diciembre de 2010

Risoenfermeria 2010

Fotos de las clases de Risoterapia 2010 en la carrera de Enfermería de la Universidad del Mar























lunes, 3 de mayo de 2010

Capacidades humorísticas para poder sobrevivir a la asistencia gestionada

Capacidades humorísticas para poder sobrevivir a la asistencia gestionada


¿Se ha oído usted pronunciando esta expresión con más frecuencia de lo que solía hacerlo? Nos enteramos de los últimos recortes presupuestarios, de reestructuraciones o fusiones y nuestra primera manifestación de incredulidad es: "¿Estás de broma?".

Por Patty Wooten


Esta respuesta refleja facilita una clave del modo en que sobrevivimos al estrés y al caos creado por la asistencia gestionada.

Nuestro sentido del humor y la capacidad de reír pueden nutrir y proteger nuestro organismo, mente y espíritu en estos tiempos de rápidos cambios. Moshe Waldoks dijo: "El sentido del humor puede ayudarnos a pasar por alto lo antiestético, a tolerar lo desagradable, a superar lo inesperado y a sonreír en medio de lo insoportable."

Creo que la risa es el "canario de las minas" de la reforma de la asistencia sanitaria. Permítanme que me explique. Años atrás, antes de disponer de equipos sofisticados de detección, los mineros llevaban un canario en una jaula hacia el interior de la tierra, cuando bajaban a buscar mineral. Puesto que el requerimiento de oxígeno del canario es superior al del ser humano, el canario era un fiel indicador del aporte vital de oxígeno. Si la atmósfera se volvía tóxica, el canario moría.

En el ámbito rápidamente cambiante de la asistencia gestionada de hoy día, la risa es nuestro canario. Piense en su unidad. ¿Escucha usted los dulces sonidos de la risa? Si no, la situación puede ser demasiado tóxica para su salud. La risa es esencial para nuestro bienestar físico, mental y espiritual. La Biblia dice: "Un corazón alegre hace el bien como una medicina." Por tanto, ¿cómo puede esta alegre medicina mejorar nuestra salud y cómo podemos crear un espacio laboral rebosante de risa sana?

¿Qué es la risa?

La risa es una sonrisa que implica a todo el organismo. Primero, las comisuras de la boca se elevan ligeramente; después, participan los músculos que circundan los ojos y podemos ver un parpadeo. Posteriormente, usted empieza a emitir sonidos, que van desde la risita controlada, la carcajada involuntaria y la risa tonta espontánea a un ridículo cacareo, sonoros aullidos y escandalosas risotadas. Los músculos torácicos y abdominales se activan. A medida que los sonidos aumentan de volumen, usted empieza a inclinar el cuerpo hacia delante y hacia atrás, ocasionalmente, propinándose palmadas en los muslos, pateando el suelo o quizá dando codazos a quien tenga más cerca. A medida que la risa alcanza el punto máximo, las lágrimas fluyen libremente. Todo ello continúa hasta que usted se siente tan débil y fatigado que tiene que sentarse o se cae.

¡Una conducta muy rara!

Evidentemente, no todo el mundo experimenta una risa tan intensa cada vez que se divierte. Por ejemplo, si nos preocupa el modo en que otros juzgarán esta conducta, si nos preocupa mantener una imagen de dignidad, si creemos que los otros se sentirán ofendidos por nuestra contundente risa, o si nuestra cultura ejerce una fuerte represión sobre dicha conducta, podemos pugnar por contenernos.

¿Qué es el sentido del humor?

El humor es un conjunto de fenómenos complejos que forma parte esencial de la naturaleza humana. A través de los tiempos, los antropólogos nunca han encontrado una cultura o una sociedad que estuviera completamente desprovista de humor. El sentido del humor es una perspectiva de la vida (una manera de percibir el mundo) y una conducta que expresa dicha perspectiva. Es una cualidad de percepción que nos permite experimentar la felicidad, aun cuando nos enfrentemos a la adversidad, y experimentar con plenitud la alegría que el humor puede proporcionarnos; debemos compartir dicha perspectiva con otros y reunirnos en la risa. Barry Sultanoff, MD, presidente de la American Holistic Medical Association declara: "Reír juntos puede ser un momento de intimidad y comunión, un momento de ofrecimiento, de presencia y contacto completos con la humanidad y vulnerabilidad del otro. Uniéndonos a través del humor, y reconociendo nuestra unicidad, podemos alcanzar una experiencia profunda de unidad y cooperación. En sí mismo, ello puede constituir una de las expresiones más profundas de energía curativa de la que somos capaces."

Cuando era estudiante de enfermería, trabajaba en un Hospital de San Francisco. La calle principal de la ciudad es Market Street, que nace en las colinas y discurre hacia abajo hasta el muelle. Cuando iba a bañar a una de mis pacientes, advertí una gran cicatriz originada por una operación quirúrgica anterior. La cicatriz se iniciaba inmediatamente por debajo de la línea mamaria y seguía hasta la región púbica. Le pregunté acerca de la cicatriz; la paciente contestó: "Ah, sí, la llamo Market Street." Sorprendida, le pregunté por qué y repuso: "Porque va de Twin Peaks (colinas gemelas) todo recto hasta la zona portuaria." En lugar de contemplar la cicatriz como una antiestética desfiguración, esta mujer utilizaba su sentido del humor para adquirir perspectiva, verla en otro contexto y permitirse a sí misma y a otros experimentar regocijo en lugar de horror o disgusto.

La misma palabra humor tiene muchos significados. La raíz de la palabra es umor, que significa líquido. En los modernos diccionarios, el humor se define como "la calidad de ser risible o cómico" o como "estado de la mente, del ánimo, del espíritu". Por tanto, el humor fluye, afectando a las características básicas del individuo expresadas en el organismo, las emociones y el espíritu.

Humor esperanzador para los pacientes

Me he dado cuenta de que los pacientes con un agudo sentido del humor o espíritu lúdico parecen presentar una fortaleza y una resistencia que les ayuda a adaptarse a la dificultad y a los aspectos amenazadores de la enfermedad. Janet Henry era una paciente con cáncer de mama. Permitió que su sentido del humor le recordara las múltiples bendiciones de su vida, lo que le infundió esperanza y valor para enfrentarse a los diversos desafíos de la enfermedad y su tratamiento. Se estaba recuperando de una mastectomía y de la quimioterapia cuando escribió este poema:

Ritual nocturno

Pongo mi peluca sobre el tocador

Y doblo mi prótesis debajo

Y doy gracias a Dios

Todavía me acuesto

Al lado de mi hombre

Y con mis propios dientes

Humor protector para los cuidadores

Enfermería, médicos y otros profesionales sanitarios trabajan diariamente con la realidad y el horror de la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Si somos incapaces de manejarnos efectivamente con todo ello, experimentamos el burnout o la más adecuadamente definida "fatiga de la compasión". Nuestra compasión y nuestra prestación de cuidado pueden hacernos vulnerables a los sentimientos de simpatía que se nos despiertan hacia los que cuidamos. Hay una gran diferencia entre simpatía y empatía. Ambas surgen de la compasión y la preocupación por el paciente, pero se relacionan con las personas que sufren de diversas formas. La simpatía siente "el dolor del otro" como si fuera el nuestro propio; nos sentimos atemorizados con ellos, enfadados con ellos, deprimidos con ellos. Como usted puede imaginar, la simpatía merma nuestra eficacia como cuidadores porque perdemos nuestra perspectiva objetiva. La empatía, por otra parte, entraña una "preocupación desvinculada". Expresamos nuestra compasión y preocupación, pero sin identificarnos con el dolor del paciente como si fuera el nuestro propio.

El humor es un instrumento de trabajo que nos proporciona una similar perspectiva "desvinculada". Los cuidadores frecuentemente aplicarán el sentido del humor como un medio para mantener cierta distancia con la persona que sufre y protegerse a sí mismos de una respuesta simpática. Christina Maslach, en su libro Burnout: The Cost of Caring, describe el modo en que enfermería utiliza el sentido del humor y la risa para trabajar con el estrés y el horror del que frecuentemente son testigos. "A veces, las cosas son tan frustrantes que, para contener el llanto, ríes ante una situación que quizá no sea divertida. Ríes, pero en tu corazón sabes lo que está sucediendo realmente. Sin embargo, lo haces porque tus propias necesidades son importantes; todos somos seres humanos y debemos ser nosotros mismos."

Nuestra capacidad para la risa nos proporciona una liberación momentánea de la intensidad de lo que, de otro modo, sería sobrecogedor. Aplicamos el sentido del humor para adquirir una nueva perspectiva y hallar una manera de funcionar en una situación que, de otro modo, podría ser intolerable. El "humor negro" es un tipo de humor médico considerado habitualmente como hostil, inadecuado o simplemente morboso por las personas no familiarizadas con las profesiones sanitarias. El humor negro reconoce los aspectos repugnantes o intolerables de una situación e intenta transformarlos en algo alegre y divertido.

Cuando trabajaba en el departamento de urgencias de un hospital regional, una ambulancia trajo a un paciente sin hogar que había sido hallado inconsciente en un callejón. El hombre estaba cubierto de mugre, su aliento olía a alcohol y los piojos pululaban por su cuerpo. Tardamos más de una hora dos de nosotros en asearlo mínimamente para el ingreso. Era un trabajo difícil y nuestros sentidos eran asaltados por visiones y olores desagradables. Leí el informe del residente mientras subíamos en el ascensor. Decía: "Paciente traído a urgencias por el Ejército de los Piojos entonando el cántico: «Salven a nuestro anfitrión. Salven a nuestro anfitrión.»" Me reí de buena gana ante esta divertida imagen y, de pronto, mis esfuerzos de las últimas horas adquirieron una perspectiva humorística y me sentí mucho menos enfadada y mucho más compasiva.

El sentido del humor como instrumento para la supervivencia profesional

El sentido del humor es un instrumento para la supervivencia del profesional sanitario que desea conservar la compasión y la preocupación por sus pacientes. Lisa Rosenberg, RN, PhD, trabaja en la Rush-Presbyterian-St. Luke's School of Nursing de Chicago y ha estudiado el uso del humor entre el personal de los departamentos de urgencias y unidades de cuidados críticos. En su capítulo del libro Nursing Perspectives on Humor (Rosenberg, 1995), manifiesta: "Existe una bondad de ajuste entre el modo en que la prestación asistencial induce estrés en el ámbito de la atención en urgencias y el modo en que el uso del humor interviene en dicho proceso. El personal de urgencias experimenta un amplio espectro de episodios graves (traumatismos, enfermedades potencialmente letales, situaciones emocionales caóticas) frecuentemente de forma simultánea. No hay tiempo para prepararse emocionalmente para dichos episodios y se dispone de poco tiempo para airearse posteriormente o hacer una «descompresión». La manera espontánea en la que puede producirse el humor prácticamente en cualquier situación y sus efectos instantáneos para reducir el estrés son muy adecuados para la experiencia de la atención en urgencias."

Presento talleres sobre el humor por todo el país; durante una clase, un supervisor me entregó un cartel que había colocado el personal en la sala de espera para que lo leyeran los visitantes y familiares. El personal esperaba educar y tranquilizar a los visitantes en cuanto a su sentido del humor como instrumento de trabajo que contribuía a prestar una mejor atención a sus seres queridos. El cartel rezaba:

Ocasionalmente puede vernos reír

O incluso contar algún chiste.

Sepa que estamos prestando a su ser querido

Nuestros mejores cuidados.

Hay momentos en que la tensión es máxima.

Hay momentos en que nuestros sistemas están estresados.

Hemos descubierto en el humor un factor

Para mantener nuestro equilibrio mental.

Por tanto, si usted es un paciente que espera

O un familiar o un amigo,

No malinterprete nuestra sonrisa,

Es lo que evita que nos pongamos a gritar.

(Wooten, 1996)

El sentido del humor nos ayuda a manejar el estrés asistencial. La "perspectiva desvinculada" que proporciona el humor nos ayuda a desconectarnos del sufrimiento que presenciamos y, aun así, continuar siendo sensibles a dicho sufrimiento. Cuando nos permitimos reír de nuestra situación, podemos aceptar nuestras inadecuaciones y perdonarnos a nosotros mismos. La risa nos llena de alegría que irradiamos a otros. Nos permite elevarnos por encima de nuestras dificultades y experimentar la belleza de la vida más allá de las penurias de la prestación asistencial. Trascendemos nuestros problemas diarios y nos sentimos optimistas y esperanzados. La búsqueda del humor, de algo de lo que reírse, evita que nos centremos en los elementos agobiantes o depresivos.

Una revista humorística para enfermería

Doug Fletcher, un enfermero de cuidados críticos de Mesa, Arizona, ha creado una revista para proporcionar a enfermería la oportunidad de reírse de sus problemas y frustraciones. Actualmente en su séptimo año de publicación, el Journal of Nursing Jocularity tiene más de 35.000 suscriptores en cada unos de los 50 estados y en Canadá. Esta revista trimestral es un compendio de historias verídicas, tiras cómicas, parodias, revisiones bibliográficas, entrevistas y mucho, mucho más. Su calidad y contenido la acreditan para ser incluida en el Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature. Tengo el honor de contarme entre sus editores colaboradores y columnistas asiduos.

Puesto que esta revista está dirigida específicamente a enfermería, los que no pertenecen a la profesión quizá no aprecien o no comprendan el humor. De hecho, incluso algún profesional de enfermería tiene ciertas dificultades para aceptar la importancia de la necesidad reírse de nuestra profesión. En cada número se publican "Cartas al director". Una enfermera expresó: "Estoy asombrada... este es un momento crucial para enfermería. Muchos profesionales están trabajando diligentemente para demostrar al público la seriedad y la importancia de enfermería. Ahora, ustedes están contribuyendo a que nuestra profesión retroceda varios pasos divirtiéndose a su costa. Hay un momento y un lugar para reír juntos, pero dicho lugar no es una publicación. Esto sólo servirá para denigrar la seriedad, el análisis crítico y la profesionalidad de la enfermería." Esta aseveración demuestra sencillamente lo peligroso que puede ser el humor. Lo que es divertido para una persona puede ser ofensivo para otra. ¡Chistes diferentes para personas diferentes!

Doug Fletcher sigue comprometido con su idea de proporcionar una visión humorística a la asistencia sanitaria y ha publicado un libro que contiene "lo mejor" de Journal of Nursing Jocularity desde 1991 hasta 1993. Se titula Whinorrhea and Other Nursing Diagnosis (Londres, 1995) y explica su filosofía referente a dotar a la enfermería de una perspectiva humorística: "Los profesionales de enfermería deberían ser capaces de disfrutar de su profesión. El Journal of Nursing Jocularity pretende ofrecer una visión del lado alegre de nuestra profesión y evitar el «profesionalismo terminal» que infiltra y aniquila los ideales que manteníamos cuando éramos graduados noveles. Puesto que enfermería es una profesión sumamente estresante, tenemos que publicar el humor que refleja la atmósfera prevalente del ámbito de la enfermería en el momento actual. Puesto que el humor es uno de los mecanismos compensadores más poderosos, creo que publicar humor negro para profesionales sanitarios es un riesgo que debemos asumir. Una enfermera carente de sentido del humor, con burnout, será considerada una profesional sin sentimientos, cínica e incluso la proverbial «vieja gruñona»".

En 1997, por primera vez en la historia, un grupo de profesionales de enfermería escribió e interpretó la primera comedia musical de enfermería. Who's Got the Keys? es la historia de una enfermera con burnout y un adorable gomer (1) y su lucha para superar los embates de la asistencia gestionada. La partitura, la música de las canciones y el guión han sido escritos e interpretados por profesionales de enfermería. Una simple demostración de que enfermería puede conseguir prácticamente cualquier cosa, si se lo propone. Si se desea, puede adquirirse la grabación en directo de la obra, en formato de vídeo, a través de Journal of Nursing Jocularity.

Efecto del humor y la risa sobre el organismo

Se ha demostrado que el estrés origina cambios fisiológicos perjudiciales. La conexión entre el estrés y la hipertensión arterial, la tensión muscular la inmunosupresión y muchos otros cambios (Berk, 1989) se conoce desde hace años. Actualmente, disponemos de pruebas que demuestran que la risa provoca los efectos opuestos. Parece ser el perfecto antídoto contra el estrés (Wooten, 1996). Lee Berk, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Loma Linda, ha desarrollado estudios cuidadosamente controlados en los que se demuestra que la risa eleva las concentraciones plasmáticas de cortisol, incrementa la cifra de linfocitos T activados, aumenta el número y la actividad de los linfocitos citotóxicos naturales e incrementa el número de linfocitos T con receptores colaboradores/supresores. En resumen, la risa estimula el sistema inmunitario, superando los efectos inmunosupresores del estrés (Berk, 1989a, b). Esta investigación forma parte del campo en rápida expansión de la psicoinmunoneurología, que define las relaciones comunicativas y las conexiones entre nuestra experiencia emocional y nuestra respuesta inmunitaria mediada por el sistema neurológico (Ader, 1991; Soloman, 1987).

Sabemos que, durante el estrés, la glándula suprarrenal libera corticoides (rápidamente convertidos a cortisol en el torrente sanguíneo) y que la elevación de las concentraciones de cortisol tiene un efecto inmunosupresor. La investigación de Berk demuestra que la risa puede reducir las concentraciones de cortisol y, por tanto, proteger nuestro sistema inmunitario (Berk, 1989a, b).

La risa favorece el incremento del número y la actividad de los linfocitos citotóxicos naturales (NK, natural cell killers). Los linfocitos NK son un tipo de células inmunitarias que atacan a las células virales o cancerosas y no precisan sensibilización para ser letales. Siempre están dispuestas a reconocer y atacar a una célula aberrante o infectada. Ello es particularmente importante en la prevención del cáncer. Las células de nuestro organismo están cambiando y mutando constantemente para producir células potencialmente cancerosas. Un sistema inmunitario intacto puede funcionar adecuadamente movilizando estos linfocitos citotóxicos naturales para destruir las células anormales (Locke, 1984).

Los receptores son importantes como vínculo de comunicación entre el cerebro y el sistema inmunitario. Las emociones pueden desencadenar la liberación de neurotransmisores neuronales en el cerebro. Estas sustancias químicas entran en el torrente sanguíneo y se "enchufan" a los receptores de la superficie de las células inmunitarias. Cuando ello ocurre, la actividad metabólica de la célula puede alterarse en sentido positivo o negativo (Pert et al, 1985; Pert 1997). Muchas células del organismo tienen diferentes receptores de superficie; en esta investigación, son de particular interés los receptores de las células inmunitarias (Berk, 1994; Wooten, 1997).

Otros investigadores han respaldado estas observaciones. Locke, en Harvard, demostró que la actividad de los linfocitos citotóxicos naturales se reducía durante períodos de cambios vitales asociados a perturbaciones emocionales intensas, mientras los individuos con cambios vitales de patrones similares, pero asociados a perturbaciones emocionales menores, presentaban una alteración menos intensa de la actividad de los linfocitos NK (Locke, 1984). En el VA Medical Center en San Diego, en 1987, Irwin observó que la actividad de los linfocitos NK se reducía durante la reacción depresiva a los cambios vitales (Irwin, 1987). En la Ohio State University School of Medicine, Janice y Ronald Glaser estudiaron los patrones de respuesta de la inmunidad celular de los estudiantes de medicina antes de los exámenes. Sus trabajos demostraron una reducción del número de los linfocitos T colaboradores y una disminución de la actividad de los linfocitos NK durante los momentos de suma ansiedad inmediatamente anteriores al examen (Glaser, 1985; Glaser 1987).

La inmunoglobulina A presente en la saliva es nuestra primera línea defensiva frente a la entrada de microorganismos infecciosos a través de las vías respiratorias. En la SUNY, Stone observó que el nivel de respuesta de la inmunoglobulina A salival era inferior los días en que el estado de ánimo era negativo y superior los días en que era positivo (Stone y Dobbin, 1987; Martin, 1985). Esta observación fue rápidamente confirmada por otros investigadores. Dillon, en el Western New England College, observó que los individuos presentaban un incremento de la concentración de IgA salival después de la visión de un vídeo humorístico (Dillon y Baker, 1985); Lefcourt, de la University of Waterloo en Ontario, demostró que los individuos que apreciaban y utilizaban el sentido del humor presentaban elevaciones incluso superiores de la IgA salival después de la visión de un vídeo humorístico (Lefcourt et al, 1990).

Estas investigaciones, efectuadas en los últimos 10 años, contribuyen a una mejor comprensión de la conexión mente-organismo. Las emociones y los estados de ánimo que experimentamos afectan directamente a nuestro sistema inmunitario. El sentido del humor nos permite percibir y apreciar las incongruencias de la vida y proporcionarnos momentos de alegría y deleite. Estas emociones positivas pueden crear cambios neuroquímicos que compensarán los efectos inmunosupresores del estrés.

El Dr. Berk describe lo resultados de sus investigaciones: "Esencialmente, hemos observado que la risa alegre sirve para modular componentes específicos del sistema inmunitario. Por modular entendemos que las sustancias químicas liberadas durante la experiencia emocional de la alegría pueden acoplarse a los receptores de superficie de las células inmunitarias. Esta conexión estimula un cambio de la maquinaria molecular del interior de la célula. Ciertas moléculas específicas, conocidas como inmunorreguladores, son como enchufes que se acoplan a los receptores e incrementan o reducen la actividad de la célula inmunitaria. Una metáfora de la modulación de la actividad inmunitaria es la del director de orquesta. Aunque el director realmente no toca ningún instrumento, influye sobre el tempo, la armonía y el volumen de la música producida por la orquesta. La risa alegre sería como el director de orquesta que potencia la integración sonora y consigue una armonía melódica, mientras las emociones estresantes representan un director de orquesta que consigue sonidos destemplados y disarmónicos. Las emociones, como el director de orquesta, modulan la actividad y la eficacia de las células inmunitarias, aunque no protegen directamente a nuestro organismo de las agresiones o las infecciones" (Wooten, 1997).

Evaluación de la sensibilidad al humor del paciente

Incrementaremos nuestro éxito para estimular la risa del paciente si primero respondemos a las siguientes preguntas:

­ 1. ¿Le ha dado el paciente alguna pista que indique que es receptivo al humor?

­ 2. ¿Intenta el paciente compartir su sentido del humor con el personal o las visitas?

­ 3. ¿Cuál es la capacidad del paciente para percibir y comprender el humor?

­ 4. ¿Cómo utiliza el humor el paciente? ¿Es cínico y sarcástico o absurdo y ridículo?

­ 5. Observe el tipo de humor que crea su paciente. ¿Explica chistes, gasta bromas o trae objetos divertidos al hospital?

­ 6. ¿Hay algún tema humorístico que su paciente pudiera considerar tabú? Evite el humor sobre el tema sexual, étnico y religioso para minimizar la posibilidad de ofenderle.

­ 7. ¿Ha observado si el paciente tiene alguna preferencia por un tipo particular de humor?

­ 8. ¿Tiene alguna preferencia por un actor cómico?

­ 9. ¿Será percibido el humor como algo enojoso? ¿Indicará que usted se preocupa por el paciente?

Es esencial adaptar nuestras intervenciones humorísticas al estilo de humor preferido por el paciente si pretendemos estimular la risa y su potencial terapéutico. Las preferencias humorísticas varían enormemente. Por dicho motivo, la autora y un equipo de expertos en humor han creado un instrumento informatizado de prescripción de humor. El nombre del programa es SMILE, acrónimo de Subjective Multidiscipline Interactive Laughter Evaluation. Después de que el paciente haya respondido a 40 preguntas, el ordenador compara las preferencias que ha manifestado el paciente con las recomendaciones específicas de una extensa base de datos de vídeos, cintas de audio y de libros humorísticos. Se imprime un completo informe que se entrega al paciente y se archiva en su historia clínica. Este programa orientará al clínico en la prescripción de un régimen terapéutico de tipo humorístico (Touchstar, 1997).

Técnicas para crear humor terapéutico

  • ­ Cree un álbum de recortes con historietas o tiras cómicas. Coloque las historietas en un álbum de fotografías cuyas páginas tienen una hoja de plástico adhesivo; con ello, el material estará protegido y limpio.
  • Instituya un archivo de chistes, historias, tarjetas de felicitación, adhesivos, poemas y canciones divertidos.
  • Coleccione o pida prestados libros, vídeos y cintas de audio divertidos. Pueden hallarse en bibliotecas, en la sección de humor de librerías, en catálogos de libros de venta por correo o en conferencias sobre el humor. Funde una biblioteca en su unidad.
  • Elabore un archivo de payasos, magos, cuentacuentos y marionetistas de la localidad. Invíteles para una representación en su unidad, en el domicilio del paciente o una función en grupo.
  • Coleccione juguetes, juegos interactivos, juguetes ruidosos y pistolas de agua. Procure que estén disponibles para jugar. Si va a compartir dichos juguetes con un paciente, no descuide factores tales como la seguridad y la limpieza.
  • Cree una revista humorística o un diario para registrar episodios divertidos o descubrimientos humorísticos. Los días en que realmente necesite encontrar algo gracioso, tendrá una colección de historias divertidas al alcance de la mano.
  • Establezca un tablón en su unidad para exponer historietas, adhesivos o carteles divertidos. Si es de acceso público, considere las sensibilidades de éste y sea cuidadoso para excluir material potencialmente ofensivo (sexista, racista, falta de respeto a los ancianos).
  • Fórmese usted mismo sobre el humor terapéutico. Acuda a conferencias, talleres y convenciones.

Cuando emprenda este viaje a través del humor terapéutico, recuerde que tiene que trazar el mapa a medida que avanza. Cada individuo y cada situación son únicos y el terreno cambiará de día en día. Es importante disponer de diversas herramientas y recursos. Y lo más importante de todo, asegúrese de viajar raudo y estar preparado para cambiar el rumbo, si fuera preciso. Aún más importante, ¡disfrute del viaje!

Bibliografía general

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Wooten P. Interview with Lee Berk. J Nurs Jocul 1997; 7: 47-48.

(1). Lexicalización de las siglas, GOMER, literalmente, Get Out of My Emergency Room (fuera de mi departamento de urgencias), calificativo del argot médico norteamericano que se aplica a los pacientes que, habitualmente, a causa de la edad, han perdido parte o la totalidad de sus funciones superiores. (Nota de la traductora.)

(Extraído de: http://diverrisa.es) 3 de Mayo 2010

martes, 27 de abril de 2010

Veinte minutos de risa al día produce efectos similares al ejercicio físico

Veinte minutos de risa al día produce efectos similares al ejercicio físico

Una serie de estudios que serán presentados hoy en la conferencia de Biología Experimental en Estados Unidos, indica que la risa es una buena herramienta para reducir el estrés, la presión arterial y las concentraciones de colesterol en la sangre. Además, ayuda a mejorar el ánimo y las defensas del organismo.

Más que en la boca de los tontos, la risa parece estar en la de los sanos. Esta sencilla actividad tiene tantos beneficios como realizar ejercicio físico: reduce las hormonas del estrés, el colesterol malo, la presión arterial y ayuda a mejorar el ánimo y las defensas del organismo.

"Veinte minutos de risa, disfrutando la experiencia, equivalen a 20 minutos de ejercicio", explica a La Tercera Lee Berk, investigador de la Universidad de Loma Linda en Estados Unidos y autor de una serie de estudios sobre la materia que serán dados a conocer hoy en la conferencia de Biología Experimental que se celebra en California.

Para descubrir los efectos de la risa en el organismo, el equipo investigador seleccionó a un grupo de 14 personas sanas, las cuales fueron expuestas a un video de 20 minutos de duración a su elección entre programas humorísticos como Saturday Night Live, Seinfield y el Show de Bill Cosby. Al inicio y al final de esta sesión fueron medidos sus niveles de hormonas del estrés, presión arterial y colesterol en la sangre.

Así constataron que la risa logró reducir de 120 a 110 la presión sanguínea sistólica, mientras que la diastólica se mantuvo inalterada y la concentración de colesterol en la sangre bajó de 168 a 162 mg/dl. Estos beneficios estarían asociados a una reducción producida por la risa en los niveles de cortisol y adrenalina, hormonas responsables del estrés. "La sangre baja por que el ejercicio decrece tu necesidad de tener adrenalina en el cuerpo, lo mismo sucede si te ríes con frecuencia", dice Berk. Un mecanismo similar permite que la risa disminuya las concentraciones de colesterol.

Por otro lado, las carcajadas ayudan a mejorar el estado de ánimo general y a reforzar las defensas del organismo al incrementar la producción de anticuerpos y la actividad de los linfocitos T y de las células asesinas, encargadas de eliminar virus y bacterias. Todos estos efectos no fueron observados luego de exponer a los mismos pacientes a un video de 20 minutos con imágenes de la película "Rescatando al Soldado Ryan".

Risas verdaderas

Para obtener todos estos beneficios de la risa no basta con hacer un simple ejercicio de mover los músculos de la cara, sino que también debe ser acompañada por una sensación placentera. "Esta risa tiene que venir del humor y hay que gozarla", dice Berk.

Otro efecto adicional atribuido a la risa es la modificación en los patrones de apetito. Al igual que el ejercicio físico, la risa reduce los niveles de leptina, hormona encargada de la sensación de saciedad y eleva los niveles de grelina, sustancia responsable del apetito. Según los investigadores esto puede ser útil para aquellas personas que han perdido las ganas de alimentarse, debido, por ejemplo a una depresión o a alguna dolencia crónica.

por Alexis de Ponson M.

Extraido de: http://diario.latercera.com/2010/04/27/01/contenido/16_25290_9.shtml


domingo, 4 de abril de 2010

Los cuidados de enfermería y el sentido del humor

Los cuidados de enfermería y el sentido del humor
¿un tratamiento enfermero? ¿un reto?


- B. Carbelo Baquero- Profesora Titular interina en !a Escuela de Enfermería y Fisioterapia de /a Universidad de Alcalá. Licenciada en Psicología. Diplomada en Enfermería.
- F. Casas Martínez -Profesora Titular Interina en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Alcalá. Diplomada en Enfermería
- S. Rodríguez de la Parra- Profesora Titular Interina en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Alcalá. Diplomada en Enfermería y
- M, Romero Uorí.- Profesora Asociada de Ciencias de la Salud en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Alcalá. Diplomada en Enfermería. Psicoterapeuta.

Aunque todos los procesos relacionados con el estado de ánimo dependen en gran parte de la herencia biológica, hay aspectos de fácil aprendizaje que ayudan a realizar el trabajo y permiten abordar otros aspectos de la vida cotidiana con optimismo y sentido del humor, como son la auto-estima, el hacer conscientemente del trabajo una satisfacción, elaborarse una dieta sana y equilibrada y hacer un esfuerzo por ser amable y sonreír. Todos estos aspectos pasan a ser importantes cuando entre los instrumentos más utilizados en el trabajo están las relaciones interpersonales, es decir, tratar con personas todos los días, y establecer relaciones con ellas (como es el caso de las enfermeras, médicos, psicólogos, trabajado-res sociales, otras profesiones afines); además, esta actitud tiene efectos tremendamente positivos si estas personas tienen alteraciones en su salud, y lo que resulta a su vez más optimista es que: se puede aprender.

La risa interviene en el equilibrio biológico que condiciona el equilibrio salud- enfermedad. El enfoque de las enfermedades psicosomáticas nos hace ver relaciones muy estrechas entre el espíritu y el cuerpo, el pensamiento y la evolución de los procesos, las manifestaciones de las emociones y los síntomas.

Las enfermeras que estamos en contacto con personas con diversas alteraciones de la salud podemos observar la relación entre el buen sentido del humor y optimismo con la buena salud, y el pesimismo y poco sentido del humor con la depresión, las tensiones psíquicas, el exceso de trabajo, el estrés y la vida acelerada, son círculos viciosos responsables de muchas manifestaciones psicosomáticas que podemos observar en las consultas de enfermería y en diversas situaciones de atención a la salud.

PSICOSOMÁTICA DE LA RISA

Cuando hablamos de técnicas que pueden servir de ayuda a los estados antes expresados, que generan malestar en el ser humano, se mencionan habitualmente el yoga, la relajación, la meditación, el ejercicio físico... todos ellos métodos eficaces, útiles y recomendables, pero la risa es un fenómeno humano que no hay que ir a buscar a ninguna parte, nos acompaña y tiene un papel fundamental en el mantenimiento de la salud.

La risa y el sentido del humor tienen estrecha relación con la fisiología del cuerpo y con manifestaciones musculares, respiratorias, nerviosas y psicológicas. Según Rubistein la risa es un ejercicio muscular, una técnica respiratoria, La risa libera endorfinas cerebrales, es un estimulante psíquico, y por su acción en el sistema neurovegetativo combate el estrés,

La risa desde el punto de vista psicosomáticos una emoción de efectos beneficiosos en el psiquismo que a su vez hace sentir bien a nivel corporal (podemos hacer la prueba). Normalmente cuando estamos agobiados, preocupados, angustiados, ansiosos, tendemos a la introversión de manera inconsciente, cuando lo que favorecería la evacuación del conflicto o al menos lo mejoraría seria todo lo contrario; pero esto ya sería desde una perspectiva de esfuerzo de voluntad, interés consciente, y es precisamente por ese carácter voluntarioso y reflexivo por lo que se hace posible.

La risa ocupa un lugar privilegiado en numerosas técnicas antiestrés. Recientemente se ha descrito que uno de los mecanismos fisiológicos de la emoción es la producción de endorfinas y encefalinas, neurotransmisores formados por breves cadenas de aminoácidos que se encuentran sobretodo en el sistema límbico y cuya función es combatir el dolor disminuyendo la receptividad del organismo ante estímulos dolorosos. Se ha demostrado pues que la risa estimula la producción de endorfinas y, por tanto, disminuye la intensidad de los fenómenos dolorosos, de ahí su interés terapéutico..

EL HUMOR EN LAS PROFESIONES SANITARIAS

Existen relaciones manifiestas entre el humor y la buena salud, así como entre el optimismo y la curación, pero también entre el pesimismo y la depresión. El estrés es desencadenante de muchos trastornos que podemos observar en el entorno sanitario. Una gran parte del estrés proviene del exceso que cometemos con nosotros mismos a través de la competitividad y del acelerado ritmo de la vida moderna. Por otro lado, las tensiones psíquicas inseparables del exceso de trabajo o de factores psicológicos bloquean el estímulo de la risa.

Las profesiones sanitarias tienden a considerarse excesivamente trascendentes puesto que estamos en contacto con el déficit del bien más preciado por el ser humano, la salud, y por ese motivo es bastante difícil encontrar el optimismo y el sentido del humor. Consecuentemente las personas que tienen problemas con su salud dan un matiz más dramático a su vida, lo que agrava el proceso de optar por actitudes optimistas y hace que aparezca la ansiedad.

El interés de lo hasta ahora expuesto es ser conscientes de que la tensión psíquica que inevitablemente acompaña a la enfermedad se vería de alguna manera reducida si se utilizara la risa y el humor como parte de la terapia para reducir esa ansiedad, Además de producir un beneficio inmediato puede propagarse y tener efectos sobre la propia evolución de la enfermedad. Del humor y la risa también puede beneficiarse el profesional sanitario, en el sentido de auto cuidarse y prestar atención a sus necesidades, ya que a su vez es partícipe, de alguna manera, de las tensiones que generan los procesos de salud-enfermedad.

Según Shangharakshita nuestra mente es la fuente de todo sufrimiento y felicidad, así pues con la capacidad de conciencia del ser "humano podemos desarrollar cualquier sentimiento de empatía con los demás que los ayuden ante una situación de ansiedad, Lowen , en su estudio cultural y antropológico de la depresión, explica la génesis de la misma como dolencia emocional en los rasgos de la familia nuclear y en los hábitos de crianza de los niños, y para aliviarla recomienda ejercicios prácticos para que despierten las energías ocultas de los enfermos y que les ayuden a expresar su amor, independencia y singularidad. Si las enfermedades mentales tienen una manifestación en lo físico, esto es, si las alteraciones se pueden observar desde la postura y la tensión en los músculos de la cara, los ejercicios que puedan ir a flexibilizar o a contraponer algo en ese sentido pueden ayudar. Valga para esto la risa...

EL HUMOR Y LOS CUIDADOS DE ENFERMERÍA

Las enfermeras debemos encontrar la manera de hacer saludables y agradables las relaciones con las personas que vamos a cuidar, actitud que siempre resulta rentable tanto para el usuario como para el propio profesional, ya que éste puede encontrar mayor satisfacción en el trabado cotidiano, si el profesional es capaz de preparar un entorno relacional de ayuda informando al paciente en las dudas, compartiendo los objetivos terapéuticos, y alentando a la familia a aceptar la situación, ¿porqué no ha de situarse todo este proceso interaccional en el punto de máxima optimización para el paciente, que es hacer planteamientos desde lo positivo y optimista en la vida? A veces el comportamiento de una enfermera tiene que ver mas con la maña o pericia, con una especie de «actuación» en el sentido estricto de la palabra, dicho de otra manera, la enfermera ha de «jugar el papel» consciente y voluntariamente adoptando actitudes que rompen barreras en las relaciones y que a su vez estimulan las mismas, Marta Allué en su libro «Perder la piel» donde describe sus experiencias de paciente grave durante meses, añora de alguna manera la falta de "actuar" de algunas enfermeras, que cuando cuidaban sus quemaduras profesionalizaban el cuidado escrupulosamente el lo físico pero perdían su «actuación» cuando el plano en el que tenían que representar rozaba la esfera de lo emocional, de lo afectivo. No todas, pero si muchas de las enfermeras, observa Marta Allué no juegan la parte del papel que también nos corresponde como profesionales, es decir el de apoyar en lo psíquico, de hacer sentir bien al otro, aunque a veces no apetezca. Es un papel que implícitamente tenemos asignado, y también explícitamente debemos profesionalizar, El humor es un buen antidepresivo y la risa es salud. La tensión psíquica y física generadas por el exceso de trabajo pueden bloquear las actitudes positivas y optimistas, pero si adoptamos éstas como parte de nuestro trabajo, es posible que cada profesional descubra que no es tan difícil «actuar», ya que dichas actitudes facilitan la relación terapéutica con el paciente y su familia, y hacen sentirse al paciente más seguro, lo que permite al profesional desarrollar su trabajo con mayor satisfacción de forma que resulte más gratificante.

Cuando se recogen datos para la historia y se analizan las características individuales de la persona, de su enfermedad y de la situación del entorno, puede ser interesante situar adecuadamente algunas de las actitudes más positivas de los pacientes, que además sirven de recursos para el mantenimiento de la salud, y aquí el estado del humor es también una referencia para evaluar los cambios que se produzcan. Resulta de interés recoger en la valoración del paciente datos que pueden influir en su nivel de bloqueo, Por ejemplo:

1) Su estado de ansiedad, algo muy relacionado con la incapacidad para relajarse y reír.

2) Red de apoyo con la que cuenta el paciente'. Miembros de la familia con los que puede contar y papel que desempeñan. Siempre es mejor contar con apoyos.

3) ¿Está adaptado a la situación? Si no es así que posibilidades identifica el paciente para superar la situación.

4) ¿Cómo se siente actualmente? Observar si se expresa en términos positivos o negativos,

5) ¿Expresa los sentimientos con facilidad?

6) ¿Qué sentimientos expresa más fácilmente, los positivos, los negativos o ambos?

7) Cuando ha tenido algún problema en su familia, ¿se abordaba la situación con alternativas positivas al problema o se vivía de manera negativa?

8) ¿Le resulta fácil reírse?

9) ¿Qué opina de las bromas ?..

Es fácil que la enfermera que valora al paciente pueda incorporar algunos aspectos más observados en cada enfermo en particular. El buen humor, el optimismo, las personas que afrontan la vida de forma positiva e integradora lo manifiestan en la cara, expresión facial, brillo de los ojos, gestos, en la postura relajada, su caminar, parece que el cuerpo muestra una armonía- La risa quizás es el dato más manifiesto, pero la voluntad de adoptar actitudes activas y positivas en el cuidado de su salud, un pensamiento abierto y el calor humano, son también muestras positivas.

Las observaciones de lo expuesto nos pueden orientar en cuanto a este recurso con el que puede contar o no el paciente (el humor estable, el optimismo, lo positivo). La familia en el mismo sentido es apreciable, pues es un valor para identificar si se dispone de otro recurso también muy importante, que como entorno inmediato de los pacientes influirá en su grado de optimismo y en su manera de afrontar la situación.

Los profesionales sanitarios podemos interferir en el humor de los pacientes mucho más de lo que imaginamos. Cuando la enfermera desarrolla su capacidad para la empatía, facilita la comprensión y opta por actitudes positivas y optimistas, los pacientes tienden a estar más confiados y relajados. Por el contrario, un humor ansioso en el profesional transfiere ansiedad en el paciente y su grupo familiar.

Está demostrado, según la terapia fenomenológica de Rogers, que es necesario facilitar la empatía y la escucha activa y fomentar unas relaciones auténticas para que la relación con el paciente sea efectiva.

¿QUE PAUTAS SEGUIR CON NUESTROS PACIENTES?

El primer paso tiene que darse en el equipo de salud, Como grupo ha de comprometerse con las actitudes facilitadoras para un buen funcionamiento de las relaciones interpersonales entre los miembros del equipo, que sea capaz de abordar los problemas generando soluciones desde "una autocrítica constructiva". El mismo equipo puede ser un espacio en el que se fomenten y practiquen unas relaciones sanas, positivas y con un buen sentido del humor, Se pueden programar sesiones de entrenamiento en habilidades sociales, asertividad y práctica de la escucha activa a través de técnicas como role-playing, dramatizaciones y sesiones de estudio de casos reales. Practicar la relajación para luego poder enseñar a los pacientes también resulta recomendable,

Las pautas que proponemos con los pacientes, para fomentar cierto optimismo, van desde una fase inicial de la relación hasta las actuaciones concreta finales:

1) Establecer desde el principio una relación de empatia con el paciente y la familia.

2) Adoptar posiciones en la información y resolución de dudas desde lo positivo, desmitificando falsas creencias respecto a la enfermedad-

3) Ayudar al paciente y su familia a identificar lo que más les preocupa de su proceso,

4) Reforzar los progresos conseguidos por el paciente por pequeños que sean.

5) Animar al paciente y la familia a utilizar estrategias que favorezcan una vida saludable y satisfactoria: dietas equilibradas, relajación, masajes, escuchar música, visualizar escenas agradables (vídeo, cine), lecturas y hacer cosas que resulten agradables, de su interés y sobre todo que apetezcan.

6) Evitar actitudes que generen en el paciente sentimientos de culpabilidad (juicios de valor, reproches, dudar de su palabra).

7) Enseñar técnicas de respiración profunda y relajación, que tienen efectos demostrados efectivos y a corto plazo.

8) Facilitar y utilizar actitudes de escucha activa por parte de la enfermera que permitan al paciente sentirse más cómodo, y sobre todo sentirse respetado, aceptado y valorado. Estas actitudes son: empatia, respeto cálido, autenticidad y aceptación incondicional.

Pero ¿qué margen de posibilidades tiene el profesional para estas actitudes citadas y la planificación de los cuidados? Según Delay , las habilidades relacionadas con el campo de la afectividad de las personas en gran parte son innatas, están estrechamente ligadas a las tendencias del individuo adulto y dependen de la maduración fisiológica, no obstante, estas habilidades si existe el interés de adquirirlas se pueden aprender á través de la formación y del ejercicio, Las emociones son igualmente un fenómeno social, puesto que además de ser innatas también vienen determinadas por las relaciones interpersonales, que se modifican a lo largo de la vida orientándose hacía el grupo social. Igualmente es indudable que las personas estamos aprendiendo toda la vida, y por ende también en el aspecto emocional nos ejercitamos con las distintas situaciones que vivimos.

Goleman en su libro «Inteligencia emocional»,expone que: «podemos mejorar áreas en la que nuestra inteligencia emocional es débil, como puede ser un escaso optimismo y un bajo tono del sentido del humor, pero para ello hay que motivarse y controlar la furia; potenciar nuestra empatia escuchando a los demás, y si se concentran los esfuerzos en cambiar, nuestros circuitos cerebrales se ponen en marcha y la nueva actitud es cada vez más fuerte, hasta que por fin llega a ser una respuesta automática».

CONCLUSIONES

La enfermera debe ser capaz de ejercitar su optimismo directa e indirectamente (consigo misma y con otros) para hacer recuperar el humor a los pacientes, disminuir su nivel de ansiedad que tanto tiene que ver con la falta de flexibilidad y el pesimismo, y enseñar al paciente técnicas especificas para el autocontrol. A través de esta proyección debe alentarlos a la distensión ya sea mediante la risa, ya sea mediante ejercicios organizados de respiración, relajación, yoga, meditación etc, o a través de lecturas de evasión, cine o escuchar música, en resumen, propiciar lo más agradable para cada uno. En la medida en que se tengan habilidades para transmitir optimismo también se recibe, y ese doble circuito hace más ricas las relaciones. Sin duda, trabajar con alegría y optimismo ayuda a recuperar el estado anímico positivo para enfrentarse en el día a día a la enfermedad, tan ligada a la debilidad y a la tristeza.


" Los cuidados de enfermería y el sentido del humor"extraído de:
http://www.seapremur.com/La_salud_por_la_integridad/hablemos_de%20cuidados_de_enfermeria_y_el_sentido_del_humor.htm